«Una mirada a la salud del cuidador y de la cuidadora informal del familiar dependiente», es el título de una charla que organizamos el pasado día 27 de Noviembre en la sala de Kreaction (espacio de coworking alrededor del desarrollo personal, liderado por Andoni Pinedo Eguileta –alma mater del local– ) donde habitualmente ofrezco mis servicios, en Vitoria.
Digo bien, organizamos, porque si bien la idea de ofrecer una charla que desde la mirada del coaching pudiera aportar algo novedoso y útil para la salud y el bienestar de este colectivo silencioso de cuidadores y cuidadoras, fue mía, no es menos cierto que conté con unas magníficas colaboradoras, Judith Reguero (Servicio de Estimulación a Domicilio) y María Fernández, propietaria de «Las Cocinas de María», como ex-cuidadora.
Las pretensiones eran muy sencillas, contar mi visión («No valen los consejos generales sobre salud, cada cuidador es diferente», aquí os transmito algo de mi visión)) de desde dónde me quiero acercar a este colectivo de personas que ejercen una labor callada y desinteresada cuidando a sus familiares dependientes; compartir con ellas algunas reflexiones; y por otro lado establecer un diálogo que me permitiera conocer más de cerca su realidad, sus éxitos y sus dificultades, sus luces y sus sombras en el día a día de su realidad y su salud en el contexto de los cuidados que prestan.
Hablamos primero de algunos datos sobre la situación y las características de los cuidadores y cuidadoras informales a nivel estatal, ofreciendo algunos ya conocidos. En este país aproximadamente un 80 % del cuidado lo prestan cuidadores y cuidadoras informales; un 10-15% de las personas mayores de 65 años son dependientes, lo que arroja una cantidad de más de un millón de personas dependientes, (envejecimiento de la población que YA está aquí, y de momento es una tendencia imparable)…
Con estas cifras, es fácil imaginar qué colectivo tan numeroso hay en este país ejerciendo la labor de cuidar. Y la importancia del trabajo que realizan, no sólo por sus características, sino también por las implicaciones económicas de grandes proporciones que esta labor tiene así como por su repercusión social.
Y decir que este colectivo lo componen fundamentalmente, mujeres de entre 45 y 65 años, pues creo que tampoco es una sorpresa para nadie…
También hablamos de las personas cuidadoras que atienden niños con necesidades especiales, (por cierto, había una pareja entre los asistentes), ya que aunque el volumen mayor de dependientes son los mayores, es justo recordar también a este otro colectivo, a veces casi más «invisible» aún si cabe.
Después hablamos de la salud, de lo que dice la bibliografía que pasa con la salud de las personas cuidadoras, en qué medida se ve afectada por los cuidados que realizan (de esto ya hablamos en otro artículo dedicado a la salud de los cuidadores en este mismo blog, os dejo la entrada«La salud en la persona cuidadora (II)»)
Y por último compartí con los asistentes una pequeña herramienta práctica para que ellos mismos, pudieran en casa dedicar un rato a ser más conscientes de lo que para cada uno es importante priorizar en relación con la propia salud en el contexto de la realidad de los cuidados en la que vive.
Desde mi punto de vista, tomando conciencia de lo anterior, las personas cuidadoras van a poder ser capaces de plantear una estrategia personalizada, (que cada una diseña específicamente para ella misma) y llevarla a la práctica, que les permita de verdad cuidarse para cuidar mejor. Es aquí donde el coaching es una herramienta potente para acompañar a las personas en este proceso. Os dejo el enlace a la guía de la Fundación Pilares«Cuidar, cuidarse y sentirse bien» , basada en el modelo de atención centrada en la persona que se relaciona bastante con la mirada del coaching, ya que ante todo pone el acento en contemplar las necesidades, recursos y gustos de la propia persona.., igual os sugiere pistas para poder aplicarlas en vuestra circunstancia.
Judith, con su intervención nos aportó otro recurso novedoso que puede ser interesante para las personas dependientes, ya que ofrece talleres a la carta en el propio domicilio para estimular capacidades físicas y/o mentales; favoreciendo y aligerando la labor de la cuidadora.
María nos regaló su testimonio. Desde su experiencia de cuidadora de sus padres, y en los últimos años, sólo de su madre, nos ofreció su ejemplo de sencillez, de compromiso, de tener claro el objetivo que persiguió en sus años de cuidadora «la felicidad de mis padres, porque así yo era feliz».
Conectando con la experiencia de María, las personas asistentes se fueron animando a compartir sus emociones, sus vivencias, alguna duda…Y se llevaron de este encuentro según nos transmitieron tranquilidad, paz, alegría, aceptación, pensar en positivo…
Así que fueron las propias personas asistentes quienes pusieron el auténtico broche de oro al encuentro.
MUCHAS GRACIAS POR VENIR Y PARTICIPAR.
Pingback: Una mirada a la salud del/a cuidador/a. | Judith Reguero
Estupendo, Judith Reguero, nos encantará conocer tu perspectiva. Muchas gracias