A principios de este mes tuve la suerte de participar en un curso de Negociación Harvard, organizado por la Asociación de Derecho Colaborativo de Euskadi, en el que fundamentalmente aprendemos herramientas para negociar desde otra perspectiva, no ya en una posición de yo gano y el otro pierde, sino en una en la que todos ganan porque son capaces de satisfacer sus interereses comunes.
Logran ponerse de acuerdo en lo que quieren conseguir y desde ahí son capaces de generar alternativas que satisfacen a todas las partes. Todos ganan.
Ponerte de acuerdo contigo mismo, con la manada de voces interiores que escuchas en tu interior todos los días, es muy necesario para plantearse afrontar retos, y en particular también los relativos a los hábitos de vida saludable que quieras alcanzar en tu vida.
Recientemente preguntaba a una persona fumadora que había intentado anteriormente abandonar el hábito y tenía en su haber varios fracasos previos, acerca de sus intenciones al respecto del hábito. Y fue muy franca…«es que tengo miedo a renunciar a parte de mis costumbres y a realizar cambios en mi vida que no sé si me apetecen».
Y lo que yo venía pensando es en cómo aplicar todo esto de la Negociación Harvard para llegar a acuerdos con uno mismo, que en el tema de los hábitos saludables, y por supuesto otros, es tan importante. ¿Cómo voy a superar mis obstáculos interiores para ponerme de acuerdo conmigo mismo, si mis voces parece que quieren cosas opuestas?.
¿Qué es lo que no funciona bien con mi salud? Preguntarme acerca de qué me haría sentirme más satisfecho puede ayudar. O acerca de cuál es la motivación profunda que me lleva a desear alimentarme mejor, o realizar ejercicio físico de forma regular. En el libro «Obtenga el Sí consigo mismo» de William Ury, (cofundador del programa sobre negociación de la Universidad de Harvard), se habla de negociación con uno mismo , del camino de llegar de la autocrítica a la autocomprensión, de culpabilizarse a uno mismo a responsabilizarse de los propios actos.
También algunos de los axiomas sobre el conflicto y la negociación de la escuela de Harvard, han supuesto para mí estos días fuente de reflexión e inspiración y he ido adaptando algunos de ellos a mi forma de aproximarme al coaching de salud:
1.- Independientemente de lo que una parte de mí diga que debo hacer con un hábito de salud concreto , debo esperar que la otra (u otras) escuchen, o hagan o sientan algo diferente.
2. La menos costosa de las concesiones que puede hacer una parte de mí (para explorar un cambio de hábitos) con respecto a la otra es hacerle sentir que ha sido escuchada. Es decir , escuchar a mis voces interiores, dejar que dialoguen acerca de lo que le conviene a cada parte y qué ganarían las dos si se pusieran a trabajar juntas por un interés común.
3.- Las personas tendemos a pensar que aquellos que las escuchan y comprenden son personas inteligentes y amables cuyas opiniones vale la pena escuchar, por lo que me pregunto ¿Cómo sería de enriquecedeor si nos tomáramos nuestro tiempo para atendernos y escuchar nuestras voces?¿Cambiaría algo nuestra relación con nosotros mismos? ¿ Cómo sería afrontar un cambio de hábitos desde esa escucha?
4. Si se expresa primero la solución y luego las razones , la persona no escuchará las razones, ya que ha percibido esa posición como una amenaza y se dedicará a preparar los argumentos en contra. ¿No sucede esto ante un cambio de hábitos? «Deja de fumar», «Come menos», inmediatamente reaccionamos ante esa «solución» sintiendo que nuestros cimientos se movilizan, y «saltan» nuestras resistencias
5. Hablarte a tí mismo de tu pasado, reprocharte lo que sucedió anteriormente con tus hábitos de peso, tu adherencia al tratamiento ó tu fidelidad al ejercicio físico...puede poner a una parte de tí a la defensiva, de forma que evites afrontar nuevos retos dados los fracasos previos..
6.- Combinar el apoyo hacia todas tus voces (las que son favorables al cambio de hábitos y las que no lo son) y afrontar el problema de forma conjunta sin culpabilizar a ninguna de tus partes, funcionará mejor que contemplar estas dos estrategias por separado. Sentar a tus partes a negociar acerca del objetivo común, identificarlo, qué perderá ó ganará cada parte en ese abordaje…
7.- Casi siempre encontrarás la posibilidad de que tus diferentes voces obtengan ganancias conjuntas, sea por el establecimiento de relaciones mutuamente ventajosas entre ellas , integrando los recursos de ambas, una vez reconciliadas , por la satisfacción de los intereses mutuos estableciendo planes de acción que aporten soluciones imaginativas. La forma en que cada uno encuentra el camino para implementar hábitos saludables será diferente, y de hecho lo es en mi experiencia, lo que les vale a unas personas a otras no les funciona..
8.- Detrás de esas voces internas que parecen dispares cuando se vislumbra un planteamiento de un cambio de hábitos , casi siempre existe un interés común latente, es cuestión de que lo descubras
9.- Insistir en ese interés común que subyace tras esas voces puede hacer que esa negociación respecto a los hábitos que se quieren implementar sea más fácil
10.- Que una parte de tí realice propuestas a la otra y viceversa, suele ser más efectivo y convincente que una amenaza..
Estos son los primeros 10 axiomas de la negociación Harvard modificados desde mi perspectiva personal para el cambio de hábitos. Dejaré los 10 siguientes para el próximo artículo.
Y te dejo con este enlace que he publicado en mi página de FB esta semana «No ir de cañas entre semana y otros errores de la gente saludable», que creo tiene bastante relación con todo esto. ¿Ó no?
Hasta pronto!